Esta es una expresión que se usa mucho en mi país y en muchos países hispanohablantes de América Central y del Caribe.
Significa darse por vencido, pedir tregua o misericordia.
El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en su Historia natural y general de Indias (Libro 42, capítulo XI) cuenta que vio cómo un cacique golpeaba a algunos jóvenes y este le explicó que así demostraban que eran de "buen esfuerzo" y "dispuestos para la guerra".
Después de golpearlos, el cacique les ofrecía cacao para recompensarlos por su valor.
El historiador Eduardo Pérez Valle sostiene que la expresión viene de esta tradición.
Y vos, ¿pedís cacao tras un largo día de trabajo?